miércoles, 12 de enero de 2022

Año nuevo, año de variantes

 

Año nuevo, año de variantes

Damos inicio a un nuevo año en el cual el stress de las noticias ha invadido nuevamente cada amanecer y más allá de las notas que detallan la insidiosa violencia que se niega a dejarnos o el cáncer de la corrupción que continua haciendo metástasis, la única situación que a todos nos ha desvelado, para bien o para mal, ha sido el persistente incremento de la contagiosidad del virus del Covid19 (SARSCoV2).

Los habitantes del mundo en estos dos años de pandemia hemos oído de diferentes nombres asignados a las variantes genómicas que ha tenido el virus inicial y después de preocuparnos por las variantes Gamma o delta, este 2022 arrancamos con una variante Ómicron que parecería arrinconarnos a nuestros hogares y en el querer de muchos en repetir las etapas arcaicas de cuarentenas que hoy por hoy ya no se justificarían, pero si generarían otro tipo de consecuencias.

En la fecha ya tenemos certeza de una situación ya descripta con el virus SARSCoV2 y es su capacidad migrar, cambiar, camuflarse; para no ir muy lejos, en Colombia en el último reporte del Instituto nacional de salud INS se da cuenta de haberse identificado 162 linajes (79 sublinajes de variante Delta y 2 de variante Mu) con lo que nuestro país supera los 11 mil genomas reportados y eso sin haber secuenciado el tan popular Ómicron que en la primera semana de enero marcaba su liderazgo y nos seguirá “encrespando” en los próximos días y semanas.

Pero el hecho de que el virus mute, cambie o se transforme pudiera además de ser apabullante y convertirse en el “coco” de las nuevas normalidades, podría ser una oportunidad para que en este 2022 también se posea una variación de la epidemia y en su lugar podamos hablar de endemia y no perder de vista que independiente de esta o la variante que surja mañana, la medidas de control seguirán siendo las mismas: vacunación, tapabocas, lavado frecuente de manos y actividades en sitios con buena ventilación.

El alarmante surgimiento  de la última variante no debe hacernos olvidar que ya estamos en una era de la responsabilidad individual y personalísima de cada individuo, en la forma en la cual se asume estos nuevos tiempos y que así el personal científico pareciéramos hacer realidad nuestro papel como aparece en la película “Don't Look Up”, con mensajes que para muchos pasan desapercibidos, no podemos caer en el extremismo de imponer normas de obligado cumplimiento cuando estas no han sido precedidas de la adecuada y pertinente pedagogía y concientización a efectos de forzar nuevos comportamientos, que de verdad, se conviertan en variantes ante estas nuevas realidades de la salud comunitaria sin perder las bases de las medidas de control ya enunciadas que seguirán permaneciendo en el tiempo.

 

José Norman Salazar González

publicado la patria, Domingo 9 de enero de 2022

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